En familia por el Danubio en bicicleta

AGOSTO / 2016

En verano del 2016 recorrí en bicicleta, junto a mi familia, un tramo de la ruta del Danubio. No era el primer viaje activo que hacíamos con nuestra hija de tres años, pero sí el más largo hasta la fecha.


Agosto 2016


Comenzamos en la ciudad alemana de Passau donde alquilamos nuestras dos bicis y el carrito donde iría mi hija. El plan consistía en llegar pedaleando hasta Budapest, capital de Hungría y lugar donde viven unos amigos: queríamos llegar hasta la puerta de su casa montados en nuestras bicicletas, y así lo hicimos tras recorrer algo más de seiscientos kilómetros.

La ruta

Se trata probablemente de la ruta de bicicleta más famosa y frecuentada de toda Europa, y seguramente del mundo. La primera mitad del tramo que recorrimos, el que va desde Passau hasta Viena, transcurre prácticamente por carril bici. Si a eso le añadimos que casi todo es cuesta abajo y que hay muchas facilidades en cuanto a servicios turísticos, obtendremos la ruta perfecta para hacer con niños y disfrutar. Desde Viena, a partir de Eslovaquia, la cosa cambia.

En ese primer trayecto hay muchos ciclistas, muchos bares, y muchas posibilidades de alojamiento, bien en posadas o campings. También es más caro y existen continuas visitas culturales posibles. Dicho trayecto termina en Viena que es una gran capital monumental europea, con todas los servicios y conexiones y una gran afluencia de turistas en verano (horror).

Nosotros abandonamos Viena rápidamente con la idea de visitarla a la vuelta. Pusimos rumbo a Bratislava y entramos en Eslovaquia. Esta otra capital sí que la usamos para permanecer unos días de asueto y descanso cómodamente instalados en un hotel céntrico. Los precios bajan considerablemente en cuanto uno sale de Austria y también, en general, la oferta de servicios.



El siguiente trayecto, entre Viene y Budapest, está mucho menos frecuentado. Hay etapas en las que es difícil encontrar a otros ciclistas y deja de ser tan fácil hallar, en algunos tramos, lugares para dormir o comer. La ruta intercala carril bici con trozos de calzada compartida con coches, a menudo en lugares donde no hay arcén. Ello nos llevó a dar un rodeo en tren para evitar una zona de mucha acumulación de trafico. Pese a estas aparentes dificultades la segunda parte del viaje me resultó mucho más atractiva. La reducción del turismo hacía más fácil el contacto con la población local que fue muy amable y hospitalaria con nosotros. Alternando entre Eslovaquia y Hungría llegamos por fin a Budapest. La entrada en la capital es muy impresionante pues los enromes edificios principales, testimonio de la época imperial aparecen de golpe al girar un meandro del Danubio. Pedaleando llegamos a la puerta de la casa de nuestros amigos donde pasamos nuestros últimos días de vacaciones.

Logística

Otro atractivo del viaje es la facilidad logística a la hora de organizarlo. Nosotros volamos a Munich desde Madrid y de ahí fuimos en tren hasta Passau en un trayecto de hora y media aproximada. En esta última ciudad recogimos las bicicletas y el carrito que habíamos alquilado previamente por internet, de esa manera viajamos sin bicicletas y con muy poco equipaje. Nosotros terminamos el viaje en Budapest y teníamos la posibilidad de devolverlas bicis en Viena hasta donde fuimos en tren con ellas previo pago de un suplemento. En la capital de Austria fueron a recogerlas al hotel donde nos alojábamos. Todo bastante fácil y eficaz. Desde Viena vuelo directo a Madrid y fin del viaje.