MAYO / 2014
Esta es la tercera vez que visitaba Alaska, pero la primera en que por fin recorría sus montañas.
A través de una agencia en la que trabajo realicé una travesía con esquís por la cadena montañosa Chugach, situada en el sureste del estado, relativamente cerca de Anchorage. El grupo lo formábamos seis personas: los estadounidenses Mike Dooley, Michael Briseño, Jeremy Porter, el canadiense Roger Yim, el neozelandés Martin Hess y yo. Durante dos semanas recorrimos parte de sus glaciares poniendo en común técnicas de progresión en terreno glaciar, rescate y otras disciplinas. Salimos de la cabecera del glaciar Nelchina donde fuimos depositados por una avioneta. Y esquiamos y caminamos hasta la población de Valdez, en la costa.
El punto clave de la travesía fue el paso del Collado Cashman, con una pendiente cercana a los cuarenta y cinco grados de inclinación donde tuvimos que escalar y portear nuestros trineos y provisiones durante dos días. El resto del viaje lo caracterizó el buen tiempo y un calor no habitual en estas latitudes durante el mes de mayo. Pese a ser unas condiciones casi estivales pudimos esquiar la práctica totalidad del itinerario, exceptuando la escalada al collado y la salida del glaciar por la morrena lateral. Alaska es sin duda uno de mis lugares preferidos y un terreno de juego inabarcable para todos nuestros sueños y aventuras. Otra vez más no defrauda y los planes que realizar en este lugar se multiplican con cada visita.