06
dic. 2016
Creo que esa fue una de las peores noches que he pasado en este tipo de viajes. Montamos nuestra tienda sobre un firme completamente irregular lleno de agujeros, piedras y hondonadas. Toda la ropa estaba mojada y nuestros sacos de dormir resbalaban en el terreno en cuesta. Esa noche hizo frío y hubimos de despertarnos muy pronto si queríamos llegar a tiempo para coger el tren que llegaría al aeropuerto justo a tiempo para no perder mi vuelo a Madrid.
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