24
sep. 2012
No sé qué está pasando últimamente que acabamos todas nuestras jornadas de escalada con el frontal en la cabeza, buscando rápeles en mitad de la oscuridad o comprobando con la linterna el tamaño de la fisura para empotrar el siguiente friend. Esta última vez una enorme luna empezaba asomar por las laderas de Little Cottonwood Canyon mientras recuperábamos el material de la pared y bajábamos a toda prisa en busca de un burrito con pescado, la especialidad del Lone Star. Al fondo, la ciudad de Salt Lake City encendía sus miles de luces dibujando una constelación infinita en la meseta desértica de Utah.
En el granito blanco de Little Cottonwood Canyon hay fisuras altas y netas. No son las fisuras del desierto por las que se ha hecho mundialmente famoso el estado de Utah dentro del mundo de la escalada pero sí dan la posibilidad de aprender la técnica de empotre de manos, pies, dedos y puños. Poca aproximación, dificultad baja y media perfecta para aprender y un paisaje que poco a poco se empieza a contagiar con los rigores del otoño.
Como muestra, unas fotos de Daniel García:
-Fotos de Daniel García-