02
mar. 2012
Otro año más la campaña antártica española llega a su fin. El continente se sumerge en el invierno y se libra de la presencia humana. Los días se alargan con la melancolía del fin del verano. Cada año acabo recibiendo la misma impresión: este lugar no está hecho para ser habitado por el hombre. Es demasiado duro, demasiado lejano, hostil e implacable. Al mismo tiempo es demasiado frágil y demasiado bello para el hombre. En las Shetland del Sur, archipiélago donde se encuentra la base en la que trabajo, el clima es peor que en el continente y este sentimiento se agudiza. Hace más calor y precipita en forma de lluvia, el cielo está siempre cubierto y el viento es constante. Las bases científicas salpican las costas como pequeños refugios donde el hombre habita. Cápsulas espaciales donde se reproduce las condiciones de vida del resto de la tierra y donde se puede vivir ajeno a la naturaleza demasiado hostil que las rodea. A veces este intento de colonización arde consumido por sus propias llamas como es el caso de la base Ferraz(Brasil). Cuando esto ocurre no es posible la vida alrededor y la reconstrucción instantánea del refugio sino que sus habitantes se han de desplazar miles de kilómetros hasta el continente americano para continuar su vulnerable existencia, hay que evacuar rápidamente y volver a un sitio habitable. Como un astronauta al que se le retira el aporte de oxígeno y desesperadamente tiene que regresar a su nave nodriza pues no está diseñado para vivir perdido en el espacio. A pesar de ello intentamos año tras año permanecer, con la perseverancia del instinto colonizador, en este territorio ajeno, a menos en apariencia, a las leyes del hombre. Un lugar donde apenas se reciben las noticias, últimamente tan malas, del resto del mundo (en nuestra base no tenemos Internet, ni televisión, ni radio) donde no circula el dinero pues sólo hay que sentarse a la mesa a las horas señaladas y abrir la boca para llenarse el estómago y no hay tiendas ni bancos. Cuando se desembarca en Ushuaia después de la campaña, uno no se acuerda de esos papeles raros que se cambian por cervezas y que salen de una cartera que la gente lleva en los bolsillos. Resulta todo un poco absurdo. También son demasiadas y demasiado malas las noticias que nos llegan de todos lados. La radio, la tele, los facebooks, el bombardeo es excesivo y uno quiero volver a preocuparse sólo por el meteograma del día siguiente y a abrir la boca a las horas señaladas.
Para canalizar las noticias, el contacto y la comunicación desde estos u otros sitios maravillosos hemos creado esta web. Con la intención de contar lo que hago, o hacemos, en estos lugares. Expediciones, escaladas, viajes, fotografías, videos y textos míos o de amigos, todo ello para poder seguir en tiempo más o menos real nuestras aventuras y expediciones. Usar la comunicación para alejarnos de las crisis, los problemas y el hastío, para desplazarnos a los lugares donde es la naturaleza quien impone sus normas y el hombre sólo ha de preocuparse de sobrevivir con ellas y disfrutarlas. Para navegar con el vehículo que se quiera, la mente, unos esquís o el ordenador, por los límites tan abiertos de la aventura y la exploración.