09

ene. 2013

Páginas en blanco 9. Científicos.

Con la mar más o menos en calma y la playa llena de elefantes retozando entre las algas desembarcan, por fin,  los científicos en Byers. Son ya veteranos en este lugar y conocen el entorno  mejor que nadie. Ya no les sorprenden los eructos descomunales de los elefantes en la playa o sus ojos enormes y coloreados de rojo al luchar, jugando, contra otros machos. Sí les sorprende esta vez la cantidad de nieve que hay en la playa y que hayamos venidos a recibirles con una pulka en vez de con las típicas mochilas.

Los investigadores se alojan en sus respectivas tiendas a razón de una por persona. Las tiendas disponen de saco de dormir y esterillas. Se les otorga un cubo de metal para las heces  y tres botes de plástico de litro para orinar dentro: en la Península no se puede abandonar residuo humano alguno. Es uno de los puntos fuertes de la estancia. Algo que genera quebraderos de cabeza y preocupación a más de un científico recién llegado. Los botes se guardan en la tienda y en el fondo es más cómodo que tener un baño pues si tienes ganas de usarlos en mitad de la noche no tienes que salir al  exterior en busca de un servicio. El problema viene con el cubo. El baño del campamento  es una tienda de campaña de fabricación británica con el mismo diseño hecho en las primeras expediciones polares, de hecho, el modelo recibe el nombre de  Scott.  Es elevada y en forma de pico, su diseño es exactamente el mismo que la que llevaron Scott y sus compañeros al Polo Sur a principios de siglo XX y en ella terminaron sus días. El BAS (British Antartic Survey)  tan fiel a sus tradiciones polares  sigue usando el mismo modelo en sus actividades de exploración antártica. Nosotros la usamos para cagar. La tienda ya ha adquirido solera y tradición y cuando alguien tiene ganas de usarla no duda en comunicar al resto:

-“Me voy a hablar con Scott”

Y coloca una bandera negra para advertir de su ocupación. Luego sale con su cubo personalizado que guardará con celo hasta marchar en el barco con su amigo el cubo. Si algún científico tiene la capacidad de llenar más de un cubo durante su estancia, le proporcionaremos otro igual.

El primer grupo de científicos que acude este año al campamento es un grupo de biólogos  de la universidad Autónoma de Madrid. Tienen como objetivo el estudio de las aguas de un lago situado en el interior de la península. El lago recibe el nombre del proyecto: Lago Limnopolar. Los próximos días nuestra labor se centrará en subir al lago con el fin de extraer agua para su posterior análisis.

Escribo estas líneas desde el iglú de habitabilidad. No tengo conexión a Internet pero sí una dirección de correo electrónico específico directo a un servidor privado. Envío estas crónicas a David, un buen amigo que las cuelga en la página web de manera desinteresada. Le estoy muy agradecido. Como no tengo acceso a la red no sé si alguien las lee, supongo que al menos mis padres y algún amigo lo harán. Si hay alguien que deja algún comentario y no obtiene respuesta, no es por falta de interés sino por incapacidad técnica. A la vuelta a la civilización me encargaré de poner las cosas en orden.

Seguiremos informando.