07
feb. 2016
Este año es el primero en que no redacto mis páginas en blanco, esas crónicas que he escrito en la base desde mi primera campaña en el 2008. Este año no me apetecía: aunque cada temporada sea diferente a la anterior, escribir sobre lo mismo ha terminado, al menos en esta campaña, por cansarme. Por eso decidí seguir contando mi vida en la base antártica pero a través de las imágenes. Sólo había un problema: yo no sé hacer fotos. Al cabo de una semana subiendo instantáneas de témpanos a la deriva a las redes sociales ocurrió algo interesante. Paco Gómez, un amigo fotógrafo al que he visto una vez en la vida, se puso en contacto conmigo. Me pidió que me convirtiera en su cámara, y en sus manos. Él me diría qué fotografiar y cómo hacerlo, yo encuadraría la imagen y pulsaría el botón. Él cumpliría su sueño de viajar a la Antártida y fotografiar una expedición desde dentro a través de mi estancia en la base. Ha pasado ya una semana y llevamos una colección interesante. Se trata de una serie de fotografías que convierten mi experiencia en un fotodiario o crónica de mi campaña antártica. También es una colección de témpanos a la deriva con nombres de bares y de héroes, un retrato del personal de la base, un recorrido por la historia de la fotografía y el viaje de un fotógrafo a un lugar que, aunque le gustaría, nunca va a realizar. Todo eso y seguramente mucho más que se nos vaya ocurriendo por el camino. De momento él me da instrucciones, algunas más complicadas y otras más fáciles (lo pones en el centro y pum) y así, van saliendo. Son otras páginas en blanco, ahora en blanco y negro y para verlas debe hacerse, de momento, a través de Facebook. Vayan a esa red social y háganse amigos de Paco Gómez, sí, el de los Modlin, o de Hilo Moreno, el que escribe, o de los dos que es gratis. De esa manera recibirán a diario las nuevas crónicas, esta vez en forma de imágenes, de la isla antártica donde trabajo.