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Hace unos días sobrevolaba el sur de Chile en dirección a su capital, Santiago. He repetido este vuelo decenas de veces y siempre la superficie terrestre aparece cubierta de nubes impidiendo ver sus costas, montañas y glaciares. Pero esta vez la cosa cambió y la tierra aparecía descubierta a la altura de los Campos de Hielo.

Mucho se ha hablado últimamente en este blog sobre las posibilidades de Laponia para la práctica del packraft. Dentro de esta región hemos citado numerosas veces al Parque Nacional del  Sarek como paraíso para nuestros cacharros, (paraíso que prohibirá su navegación en el 2015, por cierto) pero toda Escandinavia en general, y el norte en particular es un lugar como pocos para emprender aventuras de larga distancia en la naturaleza más salvaje. Posiblemente, el mejor lugar de nuestro continente para ello. 

En el año 2008 me encontraba trabajando en la Antártida recogiendo muestras de agua de lagos de agua dulce remotos y prístinos. Para evitar la contaminación del lago debíamos de navegar por encima de ellos y transportar nuestras barcas hasta las lejanas lagunas. La solución apareció en forma de pequeña barca hinchable que pesaba menos de dos kilos y que se hinchaba con la propia bolsa en la cual iba empaquetado.

Hace horas que he llegado a casa desde que salí de un aeropuerto en Alta, Noruega, hace un par de días. Volví a juntarme con José Mijares a quien no veía desde hace demasiado tiempo. Pretendíamos llegar hasta las fuentes del río más largo de la Laponia noruega, también el más remoto y salvaje, el río Karasjokka. La idea era navegarlo desde su origen, en el Parque Nacional Ovre Anarjokka, hasta su llegada a Karasjok, en total unos 160 kilómetros.

Un pequeño video sobre el viaje que hice la pasada primavera por el río Escalante.

Esta primavera, entre escalada y escalada, he estado probando un nuevo instrumento para viajar. Se trata de una embarcación hinchable muy ligera, aquí  llamada packraft. Apenas pesa tres kilos con remos incluidos y con él se puede navegar en terrenos remotos a los que sería imposible, o muy caro, aproximarse con cualquier embarcación a cuestas.